domingo, 13 de diciembre de 2009

El campo ecólogico: una forma de cultivar salud




Nuestra relación con el campo viene de muchos años atrás. Eran los veranos de la infancia, cuando salíamos de la ciudad y vivíamos rodeados de gamas infinitas de colores que la naturaleza nos ofrecía en los espacios cotidianos de convivencia: predominaban el verde y el azul. El verde musgo de las riberas de ríos, arroyos, abrevaderos, fuentes y paredes de piedra que delimitaban las fincas, el verde helecho del bosque, el de las algas danzantes de las charcas dejadas por las mareas, la infinidad de verdes de árboles, de praderas y campos salpicados de piedras y laurel. Los azules irisaban en ríos, en pantanos, lagos y hermosas playas cántabras. Así nos vienen a la memoria esos pequeños pueblos como Arroyo y Solares, que entonces “sólo sabían a agua”, donde compartíamos experiencias y travesuras con los amigos “estivales” del pueblo.

También nos vienen otros recuerdos como el del alegre y campechano panadero que llegaba en una carreta a caballo y, con la llamada de una minúscula trompetilla en medio de la calle, congregaba a los vecinos para vender el pan recién horneado, o las calles de nuestro entorno, todas ellas salpicadas de hermosos huertos coloristas y plenos de verduras frescas y sanas, de establos en las plantas bajas, donde los perfumes del estiércol del ganado vacuno o la hierba recién segada invadían el aire, y ese silbido de la armónica que en un monocorde soniquete nos avisaba de la llegada del afilador, quien, con su vieja motocicleta, paraba a remachar cazuelas, afilar hachas, cuchillos y otros aperos de labranza, poniendo al día de acontecimientos y curiosidades de pueblos vecinos.

Aún esuchamos los ecos del trote del caballo Pedregajas arriba y, en el recuerdo, aquellos perfumes que aún nos sedan.

Allí aprendimos a sentir y querer el campo, a ordeñar, a montar en burro, a pescar cangrejos con reteles, angilas y truchas, a recorrer los campos en bicicleta con los amigos, a ser testigos de las parejas que surgían de las verbenas, a conducir el carro de caballos con la hierba para el ganado, a cumplir vestidos de domingo con la sagrada visita a la parroquia donde escuchábamos atentos, en sus puertas las menos veces, las charlas de los campesinos, a trepar por los numerosos árboles frutales de las fincas, a escuchar el tañir de las campanas para entender lo que decían, y a compartir los secretos de la naturaleza y aprender disfrutando con los sabios consejos e historias increíbles de los viejos del lugar.

Ahora nada nos sabe igual a aquellas correrias con los amigos probando los perojos, mandarinas “de la china”, higos, cerezas, melocotones, zarzamoras….. y deliciosos tomates que allí se cuidaban como tesoros.

Ese concepto idílico de naturaleza lo hemos dejado muy atrás, y sin embargo, ahora que vivimos inmersos nuevamente en el medio rural, buscamos formas de recordar aquellas experiencias y adaptarnos al nuevo medio y no sucumbir en el intento, carentes de los servicios a los que estábamos acostumbrados en la gran ciudad, como la asistencia médica cercana y profesional, infraestructuras viales, transporte, comunicaciones y un largo etc.

Ahora la pregunta es cómo podríamos ser tan ecológicos como aquel panadero, y cómo aprovechar utensilios que parecen imposibles de recuperar y que antaño reparaba el afilador (reciclaje y consumo responsable), cómo utilizar la materia orgánica para enriquecer nuestros campos y mejorar nuestras cosechas, cómo podemos aprovechar lo que la naturaleza nos da sin arrebatárselo definitivamente.

Así comenzamos, sin amilanarnos con las dificultades, una actividad relacionada con el campo y al mismo tiempo con el turismo rural, como una alternativa al ritmo frenético actual y como una forma de estar en contacto con el mundo, que llega al Cortijo de La Cañada del Sacristán desde cualquier rincón del planeta, con el ánimo de compartir con nosotros unos días en este pequeño rincón de Andalucía.

Entre las variopintas actividades que ahora realizamos está la del huerto ecológico y la jardinería, donde mantenemos un contacto íntimo con la naturaleza, donde se realiza ejercicio físico intenso, y donde la creatividad y la observación de las plantas ante los problemas que acechan, así como la fascinación ante algunos resultados de esta simbiosis hombre-campo-planta tienen, casi siempre, una recompensa muy gratificante.

Sin embargo, nos ha sorprendido conocer en nuestro nuevo entorno cómo el agricultor está sometido a la vorágine comercial, sintiendo la necesidad de tratar sus campos para obtener el máximo rendimiento, obligándose a utilizar gran cantidad de abonos químicos (palabras a mi juicio incompatibles), pesticidas y herbicidas, dañinos para ellos mismos y el medio ambiente, con una masiva producción de gases de efectos invernadero, a roturar la tierra continuamente con maquinaria pesada dejando que las correntias arrastren las mejores tierras, a regar los campos de olivos para aumentar su producción, estresando los acuiferos y con un gran consumo de otros recursos, etc….

Ante la dictadura del sistema de consumo y del proceso comercial existente a nuestro alrededor, ahora todos somos “consumidores”, palabra terrible con la que nos identifican continuamente en todos los medios, palabra que identifico con “virus”, saciándonos de nuestras necesidades hasta agotar el recurso y buscando uno nuevo o bien inventarlo haciendo uso de otros recursos para continuar con el proceso destructivo, y donde a cada momento exigimos más por menos.

Igualmente estamos convencidos de los graves trastornos que para nuestra salud tiene el consumo de productos desequilibrados por el excesivo uso de abonos químico-sintéticos, plaguicidas y herbicidas, como así lo corroboran los trabajos de instituciones científicas de gran renombre a nivel mundial.

En fin, tras las numerosas experiencias en la segunda mitad del siglo pasado con la revolución verde y la posterior degradación del suelo, la desaparición y contaminación del agua en nuestro subsuelo, de nuestros ríos y lagos, el cambio climático, la scbreexplotación de recursos, la degradación de los entornos naturales con la especulación inmobiliaria, y un largo etc… ahora estamos convencidos que con sentido común y la aplicación de los convenientes sistemas de rotación, compostaje, utilización de técnicas edafológicas, uso de abonos naturales organicos, la utilización inteligente y ecológica de la actividad agrícola, reciclaje comprometido, consumo responsable del agua, uso de energías limpias y otras acciones cotidianas que están a nuestro alcance, podemos cambiar a mejor y hacer más saludable nuestro entorno con la colaboración de todos y con el compromiso político de nuestros gobernantes.

En nuestro caso optamos por aplicar estos principios, y en lo referente a la agricultura ecológica separamos la finca en cuatro parcelas para crear en una de ellas un vergel de frutales, en otra un pequeño huerto estacional, y en una tercera el campo de olivos que preside la actividad principal de la finca. Alrededor de la casa estamos empeñados en la tarea de llevar a cabo una zona ajardinada con plantas autóctonas que están adaptadas a la pobreza del suelo y al tremendo estrés hídrico.

La primera parcela, en sus inicios, sufrió un ataque devastador de jabalíes y ciervos que nos obligó a vallarlo y a replantar muchos de los árboles frutales que nos alegraban distintas épocas del año. Ahora está en cuarentena, con nuevos y pequeños árboles frutales que luchan por coger fuerza y otros con más años que conservan las cicatrices del instinto animal.

El huerto, también protegido de las ordas devastadoras de animales salvajes, está siendo una experiencia nueva y mejorada cada año, donde nos obligamos a recuperar la pésima calidad del suelo, con continuo abono natural, rotaciones y un riego todavía manual con sistemas de compostaje y acolchado.

El campo de olivos, con encinas, quejigos, endrinos y almendros, salpicado de manchones, mantiene el campo con un ecosistema diverso, donde gran variedad de pájaros y conejos presiden la actividad salvaje. Ahora estamos en fase de aprendizaje y adaptación a un sistema de producción ecológica, con un sistema de recuperación del suelo, que estará supervisado y asesorado por expertos en la materia, para producir en un futuro, que esperamos cercano, nuestro propio aceite, evidentemente ecológico.

Contaremos con detalle nuestras experiencias en cada una de nuestras parcelas y como no, la primera experiencia con la recogida de olivas, que se nos antoja larga y dura, y que dió comienzo el pasado dia 16 de noviembre. CONTINUARÁ…

A.O.S.
www.canadadelsacristan.com

domingo, 2 de agosto de 2009

Ateneo de Málaga: Colección de arte (artes y oficios II)

Calle Sevilla de Estepona (Costa del sol). Autor : Jose Luis Arias
(Fondos del Ateneo de Málaga).

En nuestro pueblo, Villanueva del Rosario (extensión del Ateneo de Málaga), estamos de enhorabuena. Acaba de inaugurarse la exposición itinerante del Ateneo con parte de sus fondos de pintura, obra gráfica, dibujo y fotografía. No convocó en su inauguración a todos los que esperábamos ver, pero aún quedan días para visitarlo.

En la declaración que figura al comienzo de los estatutos de esta asociación de utilidad pública, se resume su filosofía:
- "Nace el Ateneo de Málaga como culminación en esta ciudad de los deseos y esfuerzos aunados de los amantes de las ciencias, artes y letras, adoptando la forma de una asociación e imponiéndose como finalidad el fomento de la cultura en todas sus manifestaciones, sin limitación de ámbito ni de nacionalidades".
Quiero aprovechar este espacio para animar a todos los que puedan estar interesados, a visitarla.
Exposición itinerante: FONDOS DE ARTE DEL ATENEO. 1968-2008

FONDOS DE ARTE DEL ATENEO DE MÁLAGA y Documentos de su Patrimonio Histórico.

Desde el dia 31 de julio hasta el 3 de septiembre de 2009.
Casa de la Cultura de Villanueva del Rosario.

Para mas información www.ateneomalaga.es

A.O.S.
www.canadadelsacristan.com

jueves, 16 de julio de 2009

A vista de pájaro

El piloto, Antonio
Junio, dia 23. Estamos en Málaga haciendo gestiones y recibo una llamada de Antonio. Mañana a las 07:30 horas, si el pronóstico del tiempo no da un giro inesperado, nos vemos en Villanueva del Trabuco. Afirmo que allí estaré, puntual.

Dia 24. No he dormido bien, la idea de conocer el fin de la historia del primer título de la trilogía de Stieg Larsson me tiene en ascuas. A las cuatro y media de la mañana me he despertado. Con la excusa he leído un nuevo capítulo. El cielo está estrellado y la temperatura es agradable. Vuelvo a descansar, tengo que estar fresco, el día promete ser movido.

Son las seis y media de la mañana. Sólo se escucha el repetitivo canto del gallo que a todos nos tiene que hacer saber que es el primero en saludar al nuevo día. Miro por la ventana y veo los primeros rayos del sol clareando el horizonte y perfilando al este la sierra de Camarolos, los olivos se mantienen estáticos como figuras de madera, no hay brizna de aire y el cielo está de un azul intenso, con alguna caprichosa pincelada en blanco. ¡Hoy será un buen dia para volar!

Fases del despegue

Estoy con el tiempo sobrado, así que me refresco con una ducha rápida, tomo un tentempie, preparo la cámara de fotos, subo al coche donde compruebo que no me falte nada, y despacio recorro los pocos kilometros que me separan del destino, con la ventana abierta y respirando el aroma del bosque.

En el camino, agazapados, surgen inquietos un buen número de conejos que aprovechan las horas frescas del día. Un bando de perdices apeona entre los olivos junto al cortijo de John, “Millenium”. Al acercarme ya han desaparecido entre tomillos. Pasados unos metros, una enorme y atlética liebre sale del campo de cereales y pasa delante del coche como un cohete, la pierdo entre los olivos y la hierba alta y seca de los campos.

El sol con toda su fuerza sale tras las montañas. Marca el rumbo. Con los ojos entornados recorro el resto del camino.


Vista aérea de Villanueva del Trabuco

Enmarcado en un paraje rústico con una singular orografía, las sierras de San Jorge, Gibalto y Camarolos con diferentes alturas y orientaciones, nos separan del Mediterráneo y convierten a este lugar en uno de los mejores enclaves de Andalucía para la práctica del parapente, permitiéndonos disfrutar de un vuelo por sus cumbres durante horas. Y es que la comarca nororiental de Málaga, lugar donde se ubica el Cortijo La Cañada del Sacristán, ofrece numerosas actividades que iremos presentando en el blog, para todos aquellos que las quieran disfrutar.

Hoy nos toca realizar un vuelo en trike (parapente con motor , éste con una estructura para dos personas). Sobrevolando las localidades de Villanueva del Trabuco y Villanueva del Rosario, nos desviaremos al Paraje del Brosque, La hoz del arroyo Marín (ver articulo de febrero) y las lagunas de Archidona. Tocayos volando

Pertrechado con ropa de abrigo para protegerme de las bajas temperaturas de las alturas me presento en el campo de vuelo Aerojupamo, aeródromo que nos brinda su pista para despegues a pie o bien en trike, en Villanueva del Trabuco, a pocos metros de la salida 7 de la autovía que une las ciudades de Málaga y Granada. Mi tocayo llega unos minutos después. Hoy despegamos desde un lugar cercano donde las condiciones son más favorables.

Comenzamos el ritual de montaje y comprobación de todos los elementos de vuelo. A los pocos minutos aparece Javier, que con su parapente a motor va a realizar el recorrido con nosotros.

Todo está preparado, Javier despega y observo la facilidad con que vence la fuerza de la gravedad y se proyecta con suavidad al espacio, siento la ligereza en mi interior y le sigo con la mirada mientras va cogiendo altura.

Villanueva del Rosario, con la Sierra de Camarolos y el pico Chamizo (2º mas alto de Málaga, con 1641 mts.).

Es nuestro turno. Nos ponemos los cascos, fijamos los arneses, y con el motor en marcha notamos los primeros movimientos, sentimos como sube de decibelios el ruido del motor, a cada momento ruge con mas fuerza. El trike comienza a desplazarse por la pista, y el aire proyectado por las helices va elevando el parapente que controla con maestría Antonio. Cinco, veinte, cincuenta metros, vamos cogiendo velocidad, el aire golpea el rostro y palpita el corazón más rápido esperando el momento en que el trike comience a subir. Se ve cada vez más cerca el final de la pista, el traqueteo del contacto de las ruedas con la pista de tierra se suaviza y en un instante el trike cambia el ángulo y nos lanzamos en busca del cielo azul.

La sensación es alucinante, no tienes a nadie sentado delante, ni miras por una ventanilla, no funciona el aire acondicionado, ni hay puertas de emergencia. ¡¡¡Estoy volando libre!!! Sólo me ocupo de tomar fotos y copiar en el disco duro de mi mente las imágenes que se van sucediendo, donde los encuadres son sencillos, donde todo parece pincelado y bello, como si desde la distancia no pudiera uno percatarse de las terribles cicatrices que hemos producido en el mundo en el que vivimos, en esa sed ciega de codicia que todo lo inunda. Antonio nos pone rumbo al Trabuco.
Casco urbano de Villanueva del Rosario

En los primeros compases del trayecto tenemos a Javier “proa al Trabuco”, sobrevolando los campos de olivos que alcanzan hasta donde llega la mirada, solo contenidos por los parajes naturales y las paredes verticales de piedra de nuestras sierras que, junto a “La cueva de las grajas” en Archidona, suponen un lugar donde se encuentran diferentes vías de escalada de primer orden.

No doy tregua a la cámara, saco fotos a diestro y siniestro, mientras trato de vislumbrar aquellos lugares que me son conocidos; ahora desde otra dimensión descubro formas y rincones secretos para un ciudadano de a pie. Antonio me recomienda algunos planos y trucos, su experiencia y pericia tanto en el vuelo como en la fotografía me permiten sacar buenas imágenes de lo que
estamos viendo.
Vista cenital del Cortijo la Cañada del Sacristán

El resto del vuelo lo dejo a las fotografías, que por sí solas expresan más de lo que desde aquí podamos contar.

Hoz del arroyo Marín


Más tarde, recogido el material, mientras desayunábamos en El Cortijuelo, preparábamos nuevas excursiones para volar, la próxima quizás sin motor.

Vista del Pirineo con Archidona al fondo
Para todos aquellos que estén interesados en conocer el club y las actividades aéreas que se practican, dejo la dirección web del club de parapente “Vuelos y Artimañas” de Villanueva del Trabuco. http://www.trabucoparapente.es/.


Desearos a todos. ¡¡ Buen vuelo !!

A.O.S.
www.canadadelsacristan.com


P.S.: Agradezco a Antonio M. la oportunidad que me ha dado al poder volar con él. ¡Fue fantástico! . Y perdón por la calidad de algunas imágenes. Los contraluces siguen sin ser mi fuerte ;-)

sábado, 27 de junio de 2009

El Torcal de Antequera: rutas y senderos (II)

En el paisaje de nuestra comarca antequerana emerge, desafiante y abrupta, una magnífica montaña de naturaleza kárstica, con cumbres imposibles y moldeadas a capricho por el medio ambiente que invitan a dar rienda suelta a la imaginación, dejando ver en cada piedra una figura esculpida por el agua, el viento y el concienzudo e inexorable paso de unos 200 millones de años. Se conoce como el Torcal de Antequera, declarado “Paraje Natural” en el año 1989.

Haciendo un “poco” de historia nos remontaremos al jurásico inferior, cuando el superficial mar de Thethys cubría la parte sur de Andalucía y numerosos esqueletos de pequeños organismos se fueron sedimentando formando sucesivas capas que formaron rocas sedimentarias, denominadas calizas. A mayor antigüedad, más profundas son las capas, y todas ellas son distintas, en densidad y resistencia, en función de los diversos momentos y condiciones ambientales en que se produjeron.

Posteriormente se producen movimientos terrestres de una fuerza colosal que empujaron las calizas en diversas direcciones, dando lugar a varias fallas que muestran esas fuerzas magníficas y que permiten explicar la original orografía de la montaña que actualmente se encuentra a una altura media de 1150 mts., siendo el punto más alto del macizo la cima de Camorro Alto (1378 mts), a la que ascenderemos en otra excursión.

Finalmente, son los agentes erosivos, como la lluvia, el hielo, el viento y las plantas que buscan cobijo entre sus grietas, los que se encargarán de esculpir con paciencia estas catedrales de la naturaleza.

Las formas de las rocas son muy variadas, pero merece la pena destacar los agrios (superficies erizadas de rocas donde andar resulta casi imposible), las dolinas (grandes depresiones con fondo de arcilla disuelta de las calizas), fallas, lapiaces (surcos acanalados en la roca), pasadizos, pilones, poljés (grandes depresiones), puentes, cuevas (como la del Toro, unos de los yacimienos neolíticos más importantes de la provincia de Málaga), simas, cavidades y pasadizos (algunos graciosamente escondidos por formaciones de hiedra), una de ellas es conocida como El Macetón, por su magnifico tamaño.

A la entrada del macizo, encontraremos el símbolo de este singular paraje, “El Tornillo del Torcal de Antequera”, declarado monumento natural, ejemplarizante formación del paisaje kárstico que custodia.

Una aproximación a estas cumbres y el conocimiento de sus recorridos, su flora y fauna, debe realizarse en el nuevo centro de visitantes que nos facilitará mas datos de los dos recorridos señalizados: uno verde (dificultad baja-media), y otro de color amarillo que se superpone al primero, algo más exigente y extendido. (Este centro está pendiente de invertir en mejorar sus instalaciones e información, así como de poner en marcha un observatorio de los astros, “2009, estamos en el año de la astronomía”, que supongo se dilata por cuestiones económicas y falta de interés de las autoridades competentes, siendo un lugar de interés natural y paisajistico de primer orden).

No dejemos de mirar al irregular suelo y a nuestro entorno, pero sin dejar de ver sus cumbres, donde las aves son protagonistas, (declarado zona ZEPA, zona especial protección de las aves).

Buscando un buen oteadero, podremos recrearnos con el vuelo de rapaces, como el aguila perdicera, el cernícalo, el buitre leonado, el halcón peregrino y otras especies como las collalbas negra y rubia, el mirlo o el zorzal. También será fácil observar las cabriolas en el vacío de la cabra montés (capra pyrenaica hispanica), así como algún zorro (que en ocasiones se acercan al centro de visitantes a comer de los restos abandonados de los turistas), comadrejas y tejones.

La flora está compuesta principalmente por vegetación arbustiva, donde abunda el espino albar, la aulaga, el matagallo, la retama, el romero, zarzamoras, así como un hermoso bosque de endrinos de pequeño tamaño y algunas pequeñas formaciones de arces y quejigos.

En nuestra visita debemos tener en cuenta un fenómeno típico de estas cumbres que se produce cuando los vientos del sur chocan con las cimas y los vientos de la vega de Antequera, formándose una cubierta de nubes que cubren el macizo de sur a norte, llegando a desorientar a los viajeros, si no siguen estoica y serenamente las señalizaciones. Este fenómeno se conoce como “La Montera”.

El acceso al paraje natural puede realizarse desde la localidad de Antequera o desde Villanueva de la Concepción, acceso mas directo desde el Cortijo La Cañada del Sacristán a dicha localidad y desde la A.92M, por el Puerto del Barco.
Coordenadas GPS.: N. 36º57´ - W. 4º 31´. (Torcal de Antequera).
Aunque es aconsejable su visita en cualquier epoca del año, son las estaciones de la primavera y el otoño, las más aconsejables. Sin embargo, ver el Torcal nevado (invierno), o el vuelo de los buitres aprovechando las corrientes térmicas, en verano, es un autentico espectáculo.

A.O.S.

P.S.: en los meses de verano la afluencia de visitantes es enorme, parece romería, el concepto de soledad o tranquilidad es inconcebible, y el espectáculo dado por algunos visitantes lamentable, abandonando latas, basuras, tabaco, etc.. a lo largo del camino. Por ello es conveniente concienciarse en primer lugar que no se trata de una visita virtual, que interactuamos constantemente con el entorno, que estamos obligados a dejar estos lugares, y cualquier otro al que nos acercamos en mejores condiciones de cómo lo encontramos, no cogiendo plantas o arrancando flores, no asustando a los animales y, por supuesto, no arrojando nada al campo, simplemente tratar de pasar inadvertidos, que nadie sospeche que alguna vez estuvimos allí.. Parafraseando a Roberto Carlos, “seamos civilizados como los animales”.


* Agradecer la colaboración fotográfica a Jose Mª y Carmen, a Ivo y Anita, Anuska y los Angeles, huéspedes y amigos de La Cañada del Sacristán, que nos enviaron algunas de las fotografías publicadas en éste artículo.

jueves, 21 de mayo de 2009

Los senderos del vino en Málaga

Manuel Blasco, cuadro de cortijo malagueño.
“De la flor de la uva
de Andalucia
nace el mosto en la cuba
de la alegría”. Jose Luis Tejada
De alguna manera sentimos en su esencia misma que el Cortijo La Cañada del Sacristán está enraizado con la historia del vino en Andalucía, habiendo sido un terreno destinado al cultivo de la vid moscatel, razón por la que se llamó en tiempos pasados y aún se conoce como el cortijo de “La Moscatela”, por el tipo de uva que en estos campos de Málaga se producían y que tan reconocidos vinos dieron en otras épocas, hasta que la conjunción de una serie de causas económicas en la primera mitad del S.XX produjo una profunda crisis en el sector, tocando fondo cuando en su periplo la enfermedad de la filoxera llegó a las vides andaluzas.
Parras de “La Moscatela”

En estos momentos el cortijo está recuperando paulatinamente la calidad del suelo, ha abandonado el uso de productos químicos nocivos y de aquellos sistemas que destruyen la biodiversidad de nuestro pequeño ecosistema, para formar parte de un concepto ecológico de producción que en primer lugar se centrará en el olivar, y que en tres años verá sus resultados como finca con certificación de producción ecológica, y por qué nó, la recuperación de alguno de sus espacios para la replantación de vides que nos permitan producir nuestros propios vinos a mayor escala (actualmente hacemos a muy pequeña escala en cooperativa con nuestros vecinos José y Trini), y recordar los deliciosos momentos que aquí pudieron disfrutarse con alimentos sencillos, panderetas y palillos, regando la reunión con la alegría de los vinos producidos en estas laderas soleadas de Andalucía.

Así que ahora vamos a ir conociendo, aprendiendo y recorriendo caminos y veredas de Málaga para conocer otros campos de vides, sus paisajes, sus gentes, los lagares y hermosas bodegas que recorren nuestra accidentada geografía y que nos mostrará un abanico muy amplio de vinos de una gran calidad, ante el avance actual tan espectacular en las técnicas para producir los vinos ya tradicionales, e interesantes innovaciones que cuentan con denominación de origen propia.
Patio de la bodega Malaga Virgen
En la provincia de Málaga hay dos denominaciones de origen: Málaga (desde 1933) con vinos naturalmente dulces y vinos de licor con una amplia gama de tipos, y Sierras de Málaga (desde 2001), que ampara vinos blancos, rosados y tintos. La variedad y la catalogación de estos tipos de vinos es quizás demasiado compleja para explicarla aquí, pero existe bibliografía que permite comprenderla a disposición de cualquier interesado.

Los recorridos que vamos a hacer en la provincia de Málaga se corresponden historicamente a cinco zonas de producción: La Axarquía, La Costa occidental, los Montes, el Norte y la Serranía de Ronda.
Entrada a la bodega Málaga Virgen
Hoy vamos a comenzar nuestro largo recorrido por la zona norte, concretamente con las bodegas de “Málaga Virgen”, por todos conocidas. Las entonces Bodegas Lopez Hermanos fueron creadas en 1896, tiempos aquellos en que eran considerados los vinos de Málaga como vinos generosos y realmente alimenticios. De esta manera un tiempo después ponen en el mercado un vino dulce con extracto de quinina, Kina San Clemente, con el simpático “Kinito” (que daba unas ganas de comeeerrrrrr………..). Así se crea el pilar del amplio desarrollo que vendría después, con la continuación de las siguientes generaciones que permanecen unidas a la tierra y a los conocimientos que les dejan sus mayores, así como a la continua formación para adaptarse a las situaciones difíciles, cambiantes y periódicas que exige el mercado.

Barricas de acero Su visión empresarial en la producción de la uva y derivados, traspasa lo puramente industrial y acertadamente se trasladan de la capital, dando un valor añadido a su producto y posicionándolo, de está manera, en una dimensión cultural, donde las instalaciones se fusionan con el entorno de campo y vides que rodean la bodega y se pierden en el horizonte.

Y así nos acercamos desde el cortijo, cruzando la fértil vega, a la hermosa localidad de la comarca antequerana de Fuente de Piedra, donde encontramos las instalaciones frente a la laguna, conocida por el importantísimo asentamiento de nidificación del flamenco, entre otras aves.
Sala con las "botas" reposando el vino.

En nuestra visita concertada, es la misma Piluca de Burgos Perez (cuarta generación de esta bodega desde su fundación), la que nos recibe a puertas de la bodega y nos muestra sus modernas e impresionantes instalaciones de 12.000 m2, más de 6.000 botas de roble americano y nos muestra las 250 hectáreas que rodean la bodega, con las variedades de Pedro Ximenez, Moscatel, Chardonnay y Syrah.

En el recorrido se nos va comentando todo el proceso de la uva, desde sus cuidados y recogida (algunas de ellas se recogen en plena noche, a la luz de la luna y con haces de potente luz artificial de la que se proveen), hasta la fase última en que nosotros mismos degustamos alguno de sus afamados vinos y nos ayudan a conocer sus propiedades organolépticas.

El elenco de vinos de esta bodega es espectacular, los vinos añejos de uva moscatel de Alejandría o Pedro Ximenez, con mas de 30 años de vejez, son todos una exquisitez, y reconocidos con las maximas puntuaciones de cata, así el “Don Juan”, el moscatel “Don Salvador” o el “Pedro Ximenez Reserva de la familia”, con 24 meses de barrica.
Detalle de las "botas" Los blancos son vinos muy populares, producidos con uva de moscatel de Alejandría/Málaga y Morisco, como el “Cartojal” o el “Barón de Rivero”, este último también con Chardonnay (y una alegoría muy simpatica en su etiqueta a sus vecinos los flamencos).

Su vinagre de reserva con vinos viejos dulces de Málaga tiene un formato practico, y sobre todo, da un sabor y un perfume fuera de serie a los platos frescos.

Entre sus numerosas botellas los naturalmente dulces como “El Tres Leones”, nunca falta en este cortijo para tomar con un pedazo de queso de cabra, membrillo y nueces. Sencillamente exquisito.

Esta bodega es una visita obligada para aquellos que quieran conocer la historia del vino en Málaga, disfrutar de una hermosa excursión y adquirir en su vinoteca alguno de los vinos más reconocidos de Andalucía.

Son muchos más los que podemos encontrar, pero para mas información debe visitarse la página web http://www.bodegasmalagavirgen.com/


A.O.S.
http://www.canadadelsacristan.com/

domingo, 26 de abril de 2009

Reconocimientos y agradecimientos

Ha pasado ya un año y medio largo desde que las puertas de este cortijo se abrieran como “casa de turismo rural de alojamiento compartido”, y en aquel tiempo ya adivinábamos que después de la ardua tarea de sacar adelante el proyecto de restauración del cortijo, lo que se nos venía encima era una etapa totalmente nueva, ilusionante, llena de expectativas, situaciones cambiantes, donde encontraríamos personas diversas y de muy diferentes países y costumbres, con ánimo de compartir un espacio en el campo de forma sencilla y cómoda, pero lo afrontabamos con ilusión renovada tras el resultado de los años de trabajo previos.

Lo que no sabíamos era que teníamos un nubarrón en ciernes que ha terminado en una fuerte tormenta y que nos está dejando un panorama económico nada halagüeño. Igualmente conocíamos que los comienzos no son fáciles pero, en este contexto, el listón se había puesto todavía mas alto, …. y veníamos de correr una maratón.

Pues bien, pasados estos años de trabajo callado y escondido, hemos recibido una inesperada y muy agradable noticia proveniente de un equipo de personas que en el año 2008 se alojaron en nuestro cortijo y que trabajan en una publicación especializada para El PAIS AGUILAR, relacionada con el turismo, y de forma más concreta el del difícil, y muchas veces olvidado, mundo rural. Ellos han publicado este año 2009 un libro de “Casas Rurales con Encanto de España”, donde se han recogido una selección de los 163 mejores alojamientos rurales de España y, dentro de esta relación, han reconocido al “Cortijo La Cañada del Sacristán” como uno de los 17 mejor valorados.

Esta noticia ha producido eco en los medios de comunicación, habiendo recibido numerosas felicitaciones por parte de organismos y personas afines.

A mi modo de ver no hay una idea definida y universalmente considerada como “encanto”. Es como la belleza, de por sí algo subjetivo. Y así nosotros hemos querido sencillamente transmitir y hacer sentir a nuestros clientes que pertenecen al lugar, sentirse de alguna manera cobijados como en su propia casa, crear un lugar que invite a una escapada romántica o un tranquilo fin de semana acompañado de una buena lectura, un contacto más cercano con la naturaleza, y por qué no, un rato de asueto y charla amigable rodeando una buena mesa o frente a una chimenea encendida, siempre ante la atenta mirada de los olivos y encinas centenarios.

Gracias a este equipo por vuestro trabajo, por vuestra profesionalidad, por el apoyo a esta forma de hacer turismo, ayudando a aclarar la confusión que muchas veces viene generada también por los propios clientes, que no acaban de entender bien qué es esto del turismo rural ante tal maraña de ofertas y el desarrollo tan sorprendente y a veces tan incontrolado que ha experimentado esta modalidad turística en los últimos años.

Gracias a todos aquellos alojamientos rurales en los que nos hemos alojado a lo largo de estos años, los cuales mantienen la llama viva de la vida sana y las costumbres del campo en armonía con la naturaleza, y que nos alentaron, sin saberlo siquiera nosotros, a que acabaramos viviendo de la misma manera. Este reconocimiento lo compartimos con todos ellos, muchos de los cuales merecerían igualmente estar ahí, lugares tranquilos y de trabajo duro y diario, donde siempre atienden tu comentario con una sonrisa, compartiendo de una forma serena sus espacios y recuerdos.

Desde estas líneas queremos dar mil gracias a todos los huéspedes que han elegido este alojamiento, y a los que nos han dado su opinión constructiva, algunas en los portales de turismo rural de la web donde nos encontraron. Gracias a ellos ahora también estamos en la relación de “alojamientos recomendados” de Toprural, principal portal de turismo rural de Europa.

Gracias a todos los que con su ánimo, apoyo, y su estancia con nosotros hacen que esto sólo sea un punto y seguido, con metas mucho más lejanas que alcanzar.

Gracias siempre a la familia por estar siempre ahí, imprescindibles.

Desde este pequeño rincón del mundo queremos darles a todos las gracias.

¡¡¡ GRACIAS ¡!!. Es para nosotros una inmensa alegría ver recompensados tantos esfuerzos.

Va por ustedes.

A.O.S.
www.canadadelsacristan.com

domingo, 5 de abril de 2009

Artes y oficios (I)

Esta nueva sección va destinada a conocer los distintos artes y oficios que se llevan a cabo en la comarca nororiental de Málaga y provincia, como una expresión cultural de la propia historia y como testimonio de las costumbres que forman parte del patrimonio etnográfico de una zona de España que no se resigna a desaparecer y que puja por tener un papel relevante en la vida económica y social, con una clara vocación de afinar sus acordes para llegar a los oidos del gran público, de transmitir sus conocimientos y técnicas, de mostrar y vendernos sus artes, con el fin de evitar que desaparezcan en el futuro.

Es nuestra obligación conocer y saber valorar los verdaderos tesoros humanos vivos que tenemos en nuestro entorno, frente la avalancha de productos manufacturados de materias plásticas, aleaciones metálicas engañosas, y otros muchos que, sin personalidad y basados algunos en sistemas de producción masiva de dudosa ética, son traídos de otros confines del mundo, inundando nuestras calles y destruyendo parte de nuestra misma esencia.

Para ello el Cortijo La Cañada del Sacristán ha dispuesto un espacio, “la boutique del artesano”, donde se muestran y se pone a disposición de los clientes algunos de los productos que en esta sección se irán mostrando.

Ahora estos artistas trabajan animosamente con distintas materias primas (telas, cuero, pinturas, barro, madera) y diversas técnicas, resistiéndose a desaparecer en esta cíclica situación económica que nos pone a prueba y nos obliga a sacar lo mejor de nosotros mismos para continuar mirando al futuro con optimismo.


En este articulo quiero hacer mención a tres personas que trabajan en Villanueva del Rosario, con telas principalmente, usando telares manuales, urdiendo sus hilos de cáñamo, algodón, lana y otros productos naturales de diversos colores (algunos de recuperación), para crear hermosos tapices, alfombras, mantas, bolsos, mochilas y cuadros.

En primer lugar quiero hacer alusión a Ricardo Martín. Hombre apasionado y conversador, conocedor y descubridor de mil historias que lanza al mundo cibernético en un blog (que fue semilla del mío) de una prodigalidad acorde con sus inquietudes y que comparte con sus amigos. Observador del mundo que nos rodea, disfruta de las cosas bellas que nos da la vida de forma cotidiana y natural.



Trabaja en un taller donde pueden verse pinturas de las personas que con él comparten su interés por el lienzo, a las que enseña y de las que aprende, telas de colores apiladas en estantes esperando su turno, herramientas pulidas por la mano del artesano que destilan el trabajo de muchos años.

Pero es su anciano telar de lanzadera quien preside la estancia, iluminado por la luz natural de un gran ventanal, donde al ritmo pausado de pies y manos vemos pasar el hilo de colores y texturas como un relámpago de uno a otro lado, entrelazándose en diseños únicos, y que más tarde convertirá en mantas de lana natural que confortan solo con el tacto, bolsos coquetos que juegan con la piel bien tratada y el color de las estaciones del año, mochilas prácticas que facilitan el transporte de cosas menudas de una forma elegante y juvenil, y otros muchos objetos útiles de distintos tamaños y tonalidades.

Es una alegría pasarse cualquier día por su taller, donde siempre estará trabajando con una cosa u otra, con el ánimo encendido y cavilando proyectos que elabora tras una larga experiencia en el sector, como la nueva Asociacion de Artesanos de la Comarca, donde colabora.

Para todos aquellos que esten interesados en conocer mas datos, es fácil engancharse a su blog,
www.tejedor61.blogspot.com o a su pagina web www.rmartesano.com, donde informa de manera pormenorizada de los productos que elabora con profesionalidad y detalle.

Trasladándonos del casco urbano, visitamos Las Carboneras, un paraje excepcional de la misma localidad, donde nos encontramos con una placita coqueta y “demodé”, abandonada y descolorida por algunos sitios, demasiado colorista en otros, castigada con obras inapropiadas, pero altiva recordandonos su pasado...

Recorremos su plaza y adivinamos el lugar que fue, centro neurálgico de reuniones y fiestas, lugar de encuentro de vecinos, espacio de juego de alegres niños de campo. Seguimos camino abajo, donde la estela de una antigua iglesia nos saluda al pasar, en lo alto la espadaña nos muestra una campana oxidada y muda, a sus pies lo que en otros tiempos fue escuela campestre los días laborables, e iglesia los “domingos y fiestas de guardar”.


Ahora es el lugar mágico donde Juan José Ponce y Casti Montero se relajan diseñando y trabajando con telas y pinturas. Pero son los telares manuales quizás lo mas llamativo, unos en funcionamiento, otros desmontados, pero todos ellos esperando su turno para un viaje o un nuevo tapiz. Reposando en un cesto, las madejas de lino y algodón polícromos están atrapados en piezas de madera de diversas formas que recorrerán los hilos del telar, “collages” terminados guardan la espera de otros que estan en composición, cuadros y laminas de este mundo creativo iluminan la estancia y le dan calor y color.

En el centro de la sala un inmenso telar muestra el trabajo colosal de Juan José, mostrando tapices distintos y unidos entre si, revelando un juego de telas, texturas y colores fantásticos, aguijoneando la curiosidad e imaginación del observador.

La charla es fluida y calida, y como de un río se tratase, afluyen infinidad de proyectos en los que colaboran y que de una forma u otra están relacionadas con las diversas formas de hacer arte: la música, el teatro, la cerámica, los “collages” de manufactura preciosista en miniatura de Casti, y muchas otras cosas en las que trabajan, algunas de ellas en una comunión muy próxima con nuestros vecinos del norte de Marruecos, lugar que frecuentan y conocen muy bien por dentro.

Muchas mas cosas podríamos contar pero dejamos esta dirección web
www.telaarte.com (ahora en construcción), para el que esté interesado en sumergirse en esta maravillosa creación. Seguro que nos deparará una muy grata sorpresa.


A.O.S.
www.canadadelsacristan.com

P.S.: Es en nuestra comarca y por ende en la localidad de Villanueva del Rosario (Málaga), donde podemos encontrar un elenco de artistas supervivientes de otros que tuvieron que marcharse a otros lugares donde los medios para ejercer sus actividades eran más propicios y las actitudes de las administraciónes locales y comarcales no estaban tan obcecados en financiarse plagando de construcciones los parajes naturales que circundan sus localidades, o queriendo crear polígonos industriales de forma artificiosa, sin atender las necesidades reales de sus ciudadanos. Creo que en el presente serán más cercanos y tendrán una mayor sensibilidad para escuchar y colaborar, ante la situación que vivimos y la profunda crisis de valores que nos inunda.

domingo, 22 de marzo de 2009

Los Fogones del Sur (I)

Los fogones del sur 
Receta : "El Gazpachuelo"

El "cenachero",
figura clásica Malagueña.
( El cenachero, su pregón animaba las poblaciones malagueñas con el reclamo de su pescado recién sacado de la mar. Leoncio Talavera S.XIX.).


Voy a tomarme la licencia de hablar de cocina, y no sólo por que me guste comer bien, sino por que la cocina ha sido para mí, desde hace ya muchos años, una actividad cotidiana que me ha dado muchos placeres y con la que acompaño muchos recuerdos.

Y así, veo nuevamente mis excursiones en bicicleta con mi hermano al río Bidasoa. Donde pescar la trucha posando cucharillas en lugares imposibles o bailando la mosca en la linea a ras del agua era mucho mas que un deporte; las inmersiones en apnea en busca de peces en la playa de los frailes, y la recogida de percebes junto a la mar enfurecida en las costas de Jaizquibel.


Fueron muchos los madrugones para navegar en busca de los bravos túnidos e iridiscentes y multicolores chipirones, que podían cubrirte de tinta al llegar a la superficie si no eras mas rápido que ellos. Y siempre, impregnándolo todo el olor de la mar con el mismo telón de fondo, la espectacular bahía del Txingudy.

 No me olvido de los momentos familiares en que mi padre guisaba los platos de caza que traía después de pasar juntos el día en el campo; o las sartenes con las sobras de besamel recién hecha  que me dejaba mi madre, para rebañar ..... ¡¡¡¡ HHUUUMMMM!!!!,  estos son solo algunos de esos recuerdos previos a un festín, que atesoro.

Otras enseñanzas las he tenido al compartir fogones y templadas conversaciones con los amigos en las sociedades gastronómicas del Pais Vasco, algunas con cocineros de gran prestigio. Y hasta el día de hoy, que comparto mi experiencia como amateur de la cocina con los huéspedes que vienen a alojarse en nuestro cortijo, ahora casa rural,  y nos acompañan a la mesa.


( Vista del comedor del Cortijo La Cañada del Sacristán ).
El paso dado ahora a las costumbres de la cocina malagueña no ha supuesto un gran cambio, ya que la base de la cocina a mi modo de ver, es el uso de buena materia prima aderezada de experiencia, buen gusto y, sobre todo, sentido común.

Sin embargo, al contrario del Norte, aquí se ha permitido que la cocina andaluza sea principalmente un secreto de mujeres, y así se mantenga, al menos en el ámbito rural  cuya sabiduría se ha sabido valorar cuando se ha notado su ausencia.

Desde hace ya unos años se ha resucitado el interés en recuperar los tradicionales platos que son historia viva de pueblos y comarcas, abierto a los hombres y llevando siempre un buque insignia, como aquí es el aceite de oliva.

No quiero abundar en las excelencias de la gastronomía andaluza, que iremos desmenuzando en otros articulos, como el “Jamón Ibérico”, una de las obras cumbres de nuestra gastronomía, de los legados frutales y vegetales que riegan nuestros ríos, su caza, los productos que esconden las montañas (setas, tagarninas, esparragos trigueros, y un largo etc), los productos del mar y los de nuestros campos.

Ahora voy a tratar de explicar la elaboración de un sencillo plato conocido como “Gazpachuelo”, exponente de la versatilidad estacional de los gazpachos.

Es una sopa tradicional malagueña de mayonesa aclarada con caldo, unas patatas, tropezones de clara del huevo cocida y pan, habitual de la temporada de otoño-invierno. Este plato es una versión al estilo de la Cañada del Sacristán, que como dirían por aquí: "con tanto aliño ya sería una sevillana".

Para cuatro personas.
Ingredientes:

· Para el caldo: Aceite de oliva virgen extra “suave”, un puerro, una patata mediana, una zanahoria, un ajo, un nabo pequeño, un clavo, una cebolleta, un ramillete de perejil y una pizca de sal. Limpiamos la verdura y troceamos, rehogamos tres minutos en el aceite. Vertemos 850 cc. de agua. Dejamos cocer quince minutos.

Otros ingredientes y proceso:

· Una pescadilla fresca (piel tersa y firme, ojos cristalinos y agallas de color rojo brillante) de 500 gr., desescamada y limpia, (pedir que nos guarden la kokotxa o papada del pescado, manjar donde los haya), a la que retiramos la espina dorsal y ventral. La vertemos en el caldo, y dejamos que se haga a fuego suave. El ojo nos indicará cuando está hecha, no más de siete-ocho minutos (el pescado pasado queda seco y pastoso). Retiramos las espinas restantes, tapamos y reservamos el pescado en trozos pequeños, no desmigado.
· Mahonesa: la yema de dos huevos, será suficiente, con aceite, vinagre o limón y una pizca de sal. (doy por conocida su realización)
· Guardar las claras para decorar la sopa, montándola con pizca de sal, unas gotas de limón, ajo en polvo y perejil. En un pequeño recipiente poner tantas claras montadas como comensales y hornear unos instantes (clara hecha y cubierta tostada), el resto verterla en agua hirviendo. (Dejar escurrir).
· Filtramos el caldo y dejamos enfriar para evitar que, al mezclar con la mayonesa, ésta se nos corte. Hacerlo despacio y sin dejar de revolver con una varilla fina.
· Sofreimos unos curruscos de pan con aceite y una nuez de mantequilla semisalada. Pasamos por la sartén a fuego vivo unas gambas (un minuto).
· Añadimos a la sopa de mayonesa, el pescado, la patata troceada muy pequeña, los curruscos de pan y las gambas, (ponemos en temperatura de servicio), y decoramos con las claras de huevo y perejil picado.
(Detalle del plato de Gazpachuelo)

Ya está preparado para servir, ¡Buen provecho!.

Este plato dice relacionarse con los duelos porque servía para caldear los estómagos en esas situaciones, y su preparación es sencilla y rápida. En algunos lugares lo llaman “matamaríos”, pero creo más bien que se ganan “maríos” con la receta de este plato tradicional, que también puede tomarse templado e incluso frío.

Quiero agradecer a Trini, de la casa Las Yucas (El Brosque), el descubrimiento de éste arraigado plato malagueño.


www.canadadelsacristan.com
A.O.S.




lunes, 9 de marzo de 2009

El Mesón de la Victoria


(Litografia de dos malagueñas recogiendo la uva)


Ausentes de la necesidad de conocer la riqueza que nos aporta la naturaleza, y la forma de convivir en perfecta simbiosis con ella que tuvieron algunos de nuestros mayores, en ocasiones buscamos formas para entender el mundo actual del que nos rodeamos, testigo del que dejamos atrás.


Esos tiempos nos dejaron vestigios que vislumbramos en estado de abandono en paredes, cuadras y otros rincones de viejos cortijos y posadas; antes herramientas imprescindibles: aquí un yugo corroído por la carcoma, un bieldo desdentado, una veterana hoz oxidada, una zoqueta pulida por el uso, un trillo que muestra alguna de sus piedras, zambombas rajadas junto a unas castañuelas, enseres todos que hicieron la vida más cómoda y divertida, en un medio que no daba muchas facilidades, y donde el trabajo, el tesón y la alegría de vivir arrancaban a la tierra el sustento que hacía futuro en las familias del campo.

Para ello nos hemos sumergido en el pasado, a fin de descubrir el arte de las actividades rurales o populares que convivieron con las gentes que poblaron estos cortijos y otros muchos de la provincia de Málaga.

Esta inmersión la llevamos a cabo en la capital, en el Museo de Artes Populares, antiguo edificio del Mesón de la Victoria (S.XVII), situado en el casco histórico de la ciudad y que nos muestra un irregular trazado de clara tradición islámica, frente al cauce del río Guadalmedina, entre el puente de Santo Domingo y el de los Alemanes, que justifica la situación del mesón en este lugar, entre Puerta Nueva y las Atarazanas.



El hermoso edificio, emparedado por nuevas construcciones, tiene una estructura cuadrangular, donde las dependencias se distribuyen en torno a un patio central, luminoso y fresco, cubierto de vegetación, con una galeria baja y otra alta sustentada sobre columnas marmoleas que se unen por arcos de medio punto que dan esbeltez y gracia al edificio. Las tejas moriscas que cubren el tejado, frecuentado a la vieja usanza por esquivos gatos, vierten sus aguas al patio y dan un aspecto realmente pintoresco al conjunto.

Herramienta para la fabricación de velas.

Las galerias de las dos plantas nos conducen a distintas dependencias donde podemos observar la conservación y, en algunos casos, recuperación del patrimonio etnográfico malagueño, donde la cultura y la historia local son los absolutos protagonistas: desde el mundo burgués con sus vestimentas y hogareños espacios, hasta la artesanía puramente rural; desde enseres de pesca, pasando por una excelente colección de Barros Malagueños, a litografías de exquisita fineza relacionadas con la comercialización de la uva pasa.

Ahora la iniciativa del descubrimiento de estos lugares depende del tiempo y el interés del viajero, donde dejarse llevar por la historia pasada y viva de los objetos que se exponen es fácil de seguir si utilizamos la guía que nos acompaña al comprar la entrada, con las salas numeradas. Galería del museo con aperos de artesanía y coche de caballos.

También nos ofrece la alternativa de distintos recorridos:

- uno ambiental, afín a la vida y trabajo de las diferentes clases sociales de Málaga y provincia;
- otro relacionado con los oficios artesanos y sus formas de expresión, como la albardonería, talabartería, carpintería, herrería, … tradiciones en zonas rurales intimamente relacionadas con el mundo agricola;
- el relacionado con la fiesta y el folklore, con una profusa manifestación de objetos tan arraigados a la personalidad malagueña, con carteles de feria, trajes regionales e instrumentos musicales;
- y una aproximación al descubrimiento de la Málaga histórica y las epocas más significativas (romana, islámica y la industrialización del S.XIX), a través de sus ambientes y piezas.

Es fácil dejarse arrastrar con la mirada por las historias que nos cuentan los objetos que allí encontramos, enmarcados por oscuras paredes de piedra que antaño se iluminaban con candiles, el encalado lúcido de sus muros y su patio empedrado en el que se disponían vinos y otros licores sobre toscas mesas de madera, y donde aún resuenan los ecos de las guitarras y cantes de las fiestas flamencas que allí se hacían tras una tarde de toros.

Pueden verse en las sombras del edificio a los mendigos ofreciendo romanceros y crónicas cantadas, y a las gitanas con una rama de romero leyendo las venturas a los viajeros deseosos de un destino, a los majos embozados en la capa española buscar con la mirada a las majas que reían y palmeaban a los sones de boleros, cachuchas y zorongos.
Barro Malagueño donde se reproduce a un contrabandista.

Dando ritmo al conjunto el guitarrista y el palmero dirigen la divertida celebración, mientras las castañuelas y panderetas salpican a los presentes de alegres notas en las hábiles manos de los bailaores y bailaoras .

En fín, todo ello y muchas cosas más podremos observar en salas distintas e inconexas, por lo que siguiendo un recorrido de orden lógico y buscando en lo que vemos la conexión con su medio, su utilidad, epoca, valor etnográfico e histórico, podremos decir que entendemos un poco mejor cómo han llegado esos artes, oficios e historias (los que lo han hecho) hasta nosotros.

Visita más que recomendable.

A.O.S.

P.S.: Se echan de menos unas explicaciones acerca del modo de fabricación, uso y utilidades, e incluso fotografías costumbristas que tienen muchos de los objetos que allí se presentan, e incluso su traducción a algún otro idioma, que permitiría su comprensión a muchas personas de otros lugares, que a juzgar por lo que observé, no alcanzaban a comprender los servicios de algunas curiosas “piezas” que tenían delante.